Los días domingos son días especiales. Cuando era pequeña eran días de fiesta porque visitábamos la casa de mi abuela en la playa. "El domingo es el día de la familia" como hoy les digo a mis hijos. Eran domingos lindos aquellos, de juegos con hermanos y primos de "expediciones" por montes naturales que hoy ya no son montes...
De adolescente los domingos me daban rabia. Eran el anuncio de una semana de mucho estudio y el fin del fin de semana, dos días muy preciados para los jóvenes porque eran de juntas con amigos, de dormir hasta tarde, de fiestas de 15, de asados, del Club Paysandú....Cuando emigré a la capital para mis estudios terciarios los domingos eran crueles, hasta puedo sentirlos todavía, puedo sentir el dolor en la barriga que se instalaba pasado el medio día porque comenzaba el "hacer los bolsos" para volver a Montevideo.Ya de grande los domingos e volvieron "deprimentes" más allá del sol, de la época del año, de la compañía.Domingos tristes!!de ausencias, de melancolía, de una familia que ya no existe, de amigos que extraño mucho. Hoy es un domingo más que triste. Un domingo gris, frío, en todo sentido. Un domingo en el que particularmente más que de costumbre le doy rienda suelta al mecanismo feroz del aislamiento, propio de mi. Un domingo callado, de angustias secas, de arrugas, de opresiones, de tener que estar donde no quiero, de estar con quien no quiero, de mirar a lo lejos y sentir el vacío, de ahondar en mis entrañas para rescatar mis sueños, mis ganas, mis pasiones, mi ser. Domingos............ Un día me enteré que son muchas las personas a quienes no les gustan los días Domingos
