HABIA UNA VEZ......

Años llevaba sintiendo ese impulso irrefranble de escribir.No se atrevía.Preguntándose una y otra vez como lo hacían los demás, los que escribían. ¿Para qué? ¿Por qué?Si debía estudiar para ello....si debía aprender lo que todavía no sabía....Ella y su inevitable necesidad de cuestionarse todo y buscar siempre una razón. En su cabeza todo cerraba, lograba racionalizar la idea de que los caminos que la conducirían a esa meta estaban a su alcance y sin embargo no lo conseguía. Y otra vez, y otra más, toda ella, su físico, su alma quedaban pesados sin poder albergar tanta necesidad de arrancarse de cuajo todo lo que se le ocurría, lo que sentía. Y lo había intentado todo, decirlo, escucharlo y no alcanzaba, nunca alcanzaba y siempre se quedaba con esa sensación de tener mucho adentro y no poder sacarlo. Cuando alcanzaba esos estadios trataba con muchísimo esfuerzo de ordenarse y lograba entonces, por momentos, en hojas cuadernos, lo que fuere, aliviarse de tanta carga. Algunos papeles lograban liberarla de lo que tanto la torturaba. Su frustración era total. Y ¿por qué ese sentir si en realidad nunca había realmente buscado el éxito ¿o sí?¿Quién no escribe buscando un lector?¿Quién no habla buscando un escucha que le dé la razón? Su confusión era absoluta, oscilaba entre el blanco y el negro, el bien y el mal, el amor y el odio, la rabia y la calma y así comenzaba su viaje por el laberíntico espíritu humano. Cada vez que releía sus notas, le gustaban. Y se ilusionaba pensando que algún día alguien abriría cajones y encontraría montones de escritos, como ella encontró un día de su abuelo que le dijeron fue periodista, y los leerían sin entender nada. Otras veces mitigaba su pena leyendo a otros, otros que tienen nombre, que son reconocidos, que lograban apasionarla y transportarla. Se rodeaba de libros, echando mano a los mejores y a los que no lo eran tanto, y muchas veces descubría, se descubría en opiniones, lugares, teorías, tiempos, personajes, realidades. Y dejó entonces de mirar lo lejano, decidió de repente que quería tener dos vidas. Libros, canciones, experiencias, fantasías, realidades, tristezas todo frenó en una línea imaginaria que un día delimitó. "Quiero una segunda vida," y así fue como "la loca"nació. Los datos del nacimiento fueron, treinta y nueve años, tres hijos, divorciada. En negrita la partida de nacimiento decía: Género: SER / HUNANO.